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Pedro, discípulo de Jesús, escribió una segunda carta a los creyentes para animarlos a permanecer en el camino de Dios. Les recordó que su fe tiene un fundamento firme: está basada en el Jesús histórico, cuya historia es verdadera. Pedro da testimonio de esta historia. Lo que vio en la vida de Jesús y lo que aprendió de los libros de los profetas constituye un testimonio verídico.
Cuando Pedro terminó de hablar sobre esto, advirtió nuevamente a los creyentes que ciertas personas —los llamados profetas o maestros— aparecerían, pero eran mentirosos. Tales personas existen ahora. Los reconoceremos por sus obras y por sus palabras. Si sus palabras y su conducta no respetan las leyes de Dios escritas en el libro sagrado, son mentirosos.
Finalmente, Pedro les dijo a los cristianos que perseveraran, pues Jesús regresaría a la tierra y los llevaría con él al cielo. Algunos intentaron desacreditar a Jesús diciendo que había tardado demasiado en volver; que no había cumplido su promesa de regresar a la tierra. Pedro les explicó que Jesús se tomaba su tiempo por amor, porque quería que muchos recibieran su gracia antes de regresar para llevar a cabo el juicio final.
Todas estas enseñanzas deben ser para nosotros un estímulo y una fuente de conocimiento. Que Dios nos ayude a comprenderlo. Amén.
